CorSalud 2015 Oct-Dic;7(4): 285-291
ARTÍCULO ORIGINAL
COMPORTAMIENTO
DE LOS PACIENTES ANCIANOS OPERADOS DE CIRUGÍA CARDÍACA CON CIRCULACIÓN
EXTRACORPÓREA
Dr.
Alain Moré Duartea, Dr. Luis A. González Borgesa, Dra.
Alina Ceballos Álvarezb, Dra. Leyslett Rodríguez Gonzálezb,
Dr. Mario Plasencia Péreza,
Lic. Edixon Robaina Cabreraa y Lic. Ortelio Zamora Rochea
_____________
a Servicio de Cirugía cardiovascular.
b Unidad de Cuidados Intensivos.
Cardiocentro Ernesto
Che Guevara. Santa Clara, Villa Clara, Cuba.
Correspondencia: A More Duarte. Cardiocentro Ernesto Che Guevara.
Cuba 610 e/ Barcelona y Capitán Velazco. Santa Clara, CP 50200. Villa Clara, Cuba.
Correo electrónico: alain@cardiovc.sld.cu
Resumen
Introducción: Cada día se incrementa el número de
pacientes añosos con enfermedades cardiovasculares graves, que requieren de un
acto quirúrgico para devolverle cierta calidad de vida que los haga socialmente
útiles, a pesar de los riesgos.
Objetivos: Analizar el
comportamiento de los pacientes añosos sometidos a cirugía cardíaca con
circulación extracorpórea.
Método: Se realizó un estudio
descriptivo, retrospectivo, transversal, con los pacientes de más de 65 años de
edad intervenidos quirúrgicamente en el Cardiocentro Ernesto Che Guevara, de
Santa Clara, desde enero del 2013 a marzo
del 2014.
Resultados: El 73,1 % fueron hombres y predominaron los pacientes
comprendidos entre los 65 y 70 años con un 67,3 %. La revascularización miocárdica fue la cirugía de más
incidencia y tiempos prolongados de circulación extracorpórea. El 98,1 %
padecían de hipertensión arterial. Las complicaciones posoperatorias más
frecuentes fueron la disfunción renal y el bajo gasto grave con 44,2 y 34,6 %
respectivamente.
Conclusiones:
Predominaron los hombres, de 65 a 70 años, hipertensos, sometidos a
revascularización miocárdica con circulación extracorpórea prolongada, siendo
la disfunción renal la complicación más frecuente.
Palabras
clave: Anciano,
Cirugía cardíaca, Circulación extracorpórea
Evolution
of elderly patients who underwent cardiac surgery with cardiopulmonary bypass
Abstract
Introduction: There is a steady increase in the number of elderly
patients with severe cardiovascular diseases who require a surgical procedure
to recover some quality of life that allows them a socially meaningful
existence, despite the risks.
Objective: To analyze the behavior of elderly patients who
underwent cardiac surgery with cardiopulmonary bypass.
Method: A descriptive, retrospective, cross-sectional study was
conducted with patients over 65 years of age who underwent surgery at the
Cardiocentro “Ernesto Che Guevara”, in Santa Clara, from January 2013 to March
2014.
Results: In the study, 73.1% of patients were men; and there was
a predominance of subjects between 65 and 70 years of age, accounting for
67.3%. Coronary artery bypass graft was the most prevalent type of surgery and
had the longest cardiopulmonary bypass times. Hypertension was present in 98.1%
of patients. The most frequent postoperative complications were renal
dysfunction and severe low cardiac output, with 44.2% and 34.6% respectively.
Conclusions: There was a predominance of men, the age group of 65 to
70 years, hypertension, and patients who underwent coronary artery bypass graft
with prolonged cardiopulmonary bypass. Renal dysfunction was the most frequent
complication.
Key words: Elderly, Cardiac surgery, Cardiopulmonary bypass
Introducción
El mejoramiento de las condiciones de vida
ha contribuido a un aumento de la duración de la vida media de los individuos
en el mundo1. En Cuba la población está sufriendo un proceso de envejecimiento
paulatino desde hace varios lo que implica un reajuste de la infraestructura
nacional y el diseño de nuevas políticas sobre todo en las esferas de la
seguridad social y la salud2.
La Organización Mundial de la Salud,
principalmente para los efectos de los beneficios sociales, recomienda como
añosos todos los individuos con edad igual o superior a 65 años1.
Cada día se incrementa el número de
pacientes añosos con enfermedades cardiovasculares graves que requieren de un
acto quirúrgico para devolverle cierta calidad de vida, que los haga
socialmente útil, a pesar de los riesgos.
Estos pacientes se caracterizan por la
reducción de la capacidad funcional en la mayoría de los órganos, los cuales prácticamente
no toleran situaciones que en adultos jóvenes son compensadas por la reserva
funcional existente. Así, la incidencia de complicaciones neurológicas y
psiquiátricas ―especialmente accidente vascular
encefálico― insuficiencia respiratoria, disfunción renal,
sepsis, entre otras, se incrementa proporcionalmente con la edad. Además sufren del envejecimiento cardíaco intrínseco, el cual
comprende los cambios lentamente progresivos tanto estructurales como
anatómicos que sufre el corazón en ausencia de factores de riesgo
cardiovasculares mayores3.
Desde hace varios años los
estudios sobre cirugía cardíaca en pacientes de edad avanzada demuestran que
con la mejoría de las técnicas y tecnologías quirúrgicas los resultados son
satisfactorios aunque superiores en complicaciones, mortalidad y morbilidad
postoperatorias. En algunos estudios se considera que la edad avanzada solo
constituye un factor de riesgo menor para la morbilidad y la mortalidad
postoperatorias de los pacientes con cirugía cardíaca, a pesar de poseer un
mayor número de comorbilidades y una menor reserva fisiológica de los diferentes
sistemas de órganos 4.
Es imprescindible que el equipo quirúrgico
esté preparado para enfrentar este reto. Dentro de ellos tienen gran peso los perfusionistas,
pues se deben tomar en cuenta todos los efectos dañinos que provoca la
circulación extracorpórea (CEC) en el organismo, por lo que la decisión del especialista puede marcar
la diferencia.
El objetivo de esta
investigación fue analizar el comportamiento de los pacientes añosos tras
cirugía cardíaca con CEC.
Método
Población
y tipo de estudio
Se realizó un estudio descriptivo,
retrospectivo, transversal, en los pacientes de más de 65 años de edad
intervenidos quirúrgicamente en el Cardiocentro Ernesto Che Guevara, de Santa
Clara, en el período comprendido desde enero del 2013 a marzo del 2014.No se excluyeron pacientes; la muestra fue intencional y coincide con la población de estudio. Las variables y datos se obtuvieron de las historias clínicas, los modelos de
perfusión y el registro de terapia intensiva. Se usó la estadística descriptiva
para la representación de los datos en tablas.
En el presente trabajo se cumplieron los estándares
establecidos en los códigos internacionales de ética médica.
Técnicas
de procesamiento, análisis y presentación de los resultados
Se creó una base de datos en Microsoft Excel 2010 y en SPSS 15
con los datos primarios. Para el análisis estadístico se utilizaron medidas de
frecuencia y para su distribución, el porcentaje. Para determinar la relación
entre las variables se utilizó Chi cuadrado de independencia.
Se establecieron diferentes niveles de significación de las
variables: p>0.05, no significativo; p<0.05, significativo; p<0.01, muy
significativo y p<0.001, altamente significativo.
La información obtenida se ha plasmado en tablas para su mejor
interpretación.
Resultados
En la tabla
1 se observa la distribución de la frecuencia de los grupos etarios con un
predominio de pacientes comprendidos entre los 65 y 70 años de edad, con un 67,3
% del total y la disminución súbita del número de pacientes a medida que se
incrementa la edad.
Tabla
1.
Distribución de los pacientes intervenidos quirúrgicamente según grupos
etarios. Cardiocentro Ernesto Che Guevara de Santa clara, Villa Clara, Cuba. Enero
20013- Marzo 2014.
Grupos etarios (años) |
Nº |
% |
65 - 70 |
35 |
67,3 |
71 - 75 |
11 |
21,2 |
76 - 80 |
5 |
9,6 |
Más de 80 |
1 |
1,9 |
Total |
52 |
100 |
Fuente:
Modelos de perfusión e Historias Clínicas. |
La distribución de los pacientes por sexo
puede ser observada en la tabla 2,
donde se aprecia el predominio del sexo masculino de los pacientes operados
(73,1 % del sexo masculino vs. 26,9 %
femenino).
Tabla
2.
Distribución de los pacientes intervenidos quirúrgicamente según sexo.
Sexo |
Nº |
% |
Masculino |
38 |
73,1 |
Femenino |
14 |
26,9 |
Total |
52 |
100 |
La distribución de pacientes por tipo de
cirugía según sexo se muestra en la tabla
3, donde la revascularización miocárdica fue la de mayor frecuencia en el
sexo masculino 21 (55,3 %) y de forma general, también se constató una mayor
incidencia de esta enfermedad en 24 pacientes (46,1 %), de ahí que se
encontraran diferencias altamente significativas (χ2=21.5; p=0.006) con el resto de las operaciones.
Seguido de estos resultados aparece la sustitución valvular aórtica con el 21,1
% de los casos.
Tabla
3.
Distribución de pacientes por tipo de cirugía según sexo.
Tipo de
Cirugía |
Masculino |
Femenino |
Total |
|||
Nº |
% |
Nº |
% |
Nº |
% |
|
Revascularización miocárdica (RVM) |
21 |
55,3 |
3 |
21,4 |
24 |
46,1 |
Sustitución
valvular aórtica (SVAo) |
8 |
21,1 |
3 |
21,4 |
11 |
21,1 |
Sustitución valvular mitral (SVM) |
3 |
7,9 |
6 |
42,9 |
9 |
17,3 |
SVM y
SVAo |
4 |
10,5 |
2 |
14,3 |
6 |
11,6 |
RVM y
SVAo |
2 |
5,2 |
0 |
0 |
2 |
3,9 |
Total |
38 |
100 |
14 |
100 |
52 |
100 |
χ2=21.5 p=0.006 |
|
|
|
|
|
|
En
la tabla 4, se muestra la
distribución de pacientes por antecedentes patológicos personales, donde
resultaron más frecuentes los pacientes hipertensos (51 para un 98,1 %),
seguidos de la cardiopatía isquémica y la diabetes mellitus, por lo que se
evidenciaron diferencias altamente significativas (p=0.001) en favor de la hipertensión
arterial.
Tabla 4.
Distribución de pacientes por antecedentes patológicos personales.
Antecedentes
Patológicos Personales |
Nº |
% |
Hipertensión
arterial |
51 |
98,1 |
Cardiopatía
isquémica |
33 |
63,4 |
Diabetes mellitus |
18 |
34,6 |
EPOC |
14 |
26,9 |
Fumador |
11 |
21,1 |
Otros |
6 |
11,5 |
χ2=13.2 p=0.001 |
|
|
Tabla
5.
Distribución de los pacientes intervenidos quirúrgicamente, según duración de
la CEC.
Duración (minutos) |
Nº |
% |
Menos 120 |
21 |
40,4 |
Más de 120 |
31 |
59,6 |
Total |
52 |
100 |
Más de la mitad de las intervenciones (59,6 %)
fueron prolongadas según el tiempo de CEC (Tabla
5), lo que estuvo relacionado con la complejidad del acto operatorio. La
conducción de la perfusión en todos los casos se rigió por el protocolo de
trabajo de nuestro servicio para pacientes añosos, el cual incluye medidas tan
importantes, como mantenimiento de la presión arterial media por encima de 60 mmHg,
hematocritos superiores al 25 %, empleo de ultrafiltración, hemodilución
controlada, entre otras.
En la tabla
6 se muestra la incidencia de las complicaciones postoperatorias. La
disfunción renal fue la complicación más frecuente con una incidencia del 44,2 %,
la cual es más elevada que la informada por otros autores, como Parolari6 et al. (8,9 %), Swaminathan7
et al. (10,8 %), D’Onofrio8 et al. (23,5 %) y Brown9 et al. (39 %). El bajo gasto postoperatorio fue la segunda
complicación por orden de aparición, al estar presente en el 34,6 %. Esta cifra está dentro del rango de
valores registrados, que de acuerdo a Álvarez et al.10,
Rudiger et al.11 y Mebazaa et al.12, se encuentra entre el 3 y
el 45 %.
Tabla
6.
Incidencia de complicaciones mayores en los pacientes
mayores con 65 o más años intervenidos para cirugía cardíaca.
Complicaciones postoperatorias |
Número |
% |
Disfunción renal |
23 |
44,2 |
Bajo gasto postoperatorio |
18 |
34,6 |
Ventilación prolongada |
14 |
26,9 |
Disfunción neurológica |
4 |
7,6 |
Sepsis respiratoria grave |
3 |
5,7 |
Trastornos metabólicos |
3 |
5,7 |
Anemia |
2 |
3,8 |
Dehiscencia esternal |
1 |
1,9 |
Fallecidos |
2 |
3,8 |
Fuente: Registros estadísticos, bases de
datos de pacientes, historias clínicas individuales y registro de los
pacientes egresados de la Unidad de Cuidados Intensivos del Cardiocentro Ernesto
Che Guevara. |
Discusión
El deterioro general que sufre el organismo
con la el tiempo es el sustrato patológico para que la edad avanzada sea
considerada un factor de riesgo importante en innumerables alteraciones del
estado de salud, lo que incrementa el riesgo quirúrgico a niveles
inaceptablemente altos. A pesar de ello, con el envejecimiento poblacional
mundial y la morbilidad asociada se incrementa el número de pacientes con
cirugía cardiovascular, a los cuales se les intenta mejorar su calidad de vida13-14. Nuestros resultados
contrastan con otros estudios, donde el número de pacientes octogenarios de
cirugía cardíaca es mayor. Craver y colaboradores15 publicaron los resultados de una serie consecutiva de
601 octogenarios a los que se les realizaron una variedad de procedimientos
quirúrgicos, que incluyen revascularización miocárdica, sustitución valvular aórtica
y mitral, aislada y en diversas asociaciones. La mortalidad global fue de 9,1 %,
con una sobrevida a los 5 años de 55 % para los octogenarios, 69 % para los
añosos entre 70 y 79 años y 81 % para los pacientes entre 60 y 69 años. En otro
estudio, Blanche y colaboradores16
analizan los resultados de cirugía cardiaca en 30 pacientes con edad igual o
superior a los 90 años, con una mortalidad hospitalaria del 10 %.
La distribución del sexo es similar a la de
grandes estudios como el de William y colaboradores5, donde en un grupo de 300 pacientes octogenarios con
revascularización miocárdica, el 31,3 % fueron mujeres. El sexo femenino es
considerado un factor de riesgo para la cirugía cardíaca. Algunos estudios
sugieren que este sexo es un factor de riesgo independiente de morbilidad y
mortalidad postoperatorias. Posibles explicaciones a este fenómeno podrían ser
que las mujeres son intervenidas a mayor edad y con más urgencia que los
hombres, además reciben un menor número de injertos arteriales. También presentan
arterias coronarias más finas que representan una dificultad mayor para la
realización de las anastomosis13.
La cirugía cardíaca más frecuente realizada a
pacientes añosos, son la revascularización del miocardio, la de aneurismas
ventriculares como: complicaciones de infarto de miocardio, la cirugía valvular
especialmente aórticos, debido a los cambios degenerativos y la de aneurismas y
disecciones aórticas. La conducción optimizada del acto quirúrgico, la
protección miocárdica y la perfusión centrada en las mayores necesidades
específicas del grupo etario, permite obtener resultados similares a la de
pacientes más jóvenes17.
Baguneid et al.18 afirman que en los últimos 10 años el número de
pacientes añosos operados de revascularización miocárdica aumentó 5 veces, con
una mortalidad 3,5 veces mayor en comparación con 1,8 en pacientes jóvenes.
Un aumento de la presión arterial puede
comprometer la función cardíaca, cerebral y renal. Más del 50 % de las personas
mayores de 65 años de edad padecen de hipertensión arterial, atribuible a la
rigidez de las paredes arteriales. Ello constituye un dato de gran valor para
el perfusionista, al necesitar mantener presiones arteriales medias superiores
durante toda la CEC (60-85 mmHg). La hipertensión sistólica aislada aumenta el
riesgo de dolencia cardiovascular cerca de 2 a 5 veces, y el riesgo de
accidente vascular encefálico cerca de 2,5 veces. Los índices de mortalidad
global son mayores que en la población normotensa19.
La diabetes mellitus es un importante factor
de riesgo independiente para la enfermedad vascular ateroesclerótica coronaria,
y un importante predictor de la mortalidad intrahospitalaria tras la cirugía de
revascularización miocárdica. Se asocia
con complicaciones renales, neurológicas, estadía prolongada en cuidados
intensivos, mayor número de transfusiones sanguíneas, complicaciones
respiratorias y reintervenciones20-21.
Los pacientes con enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC) presentan dificultad para retirar la ventilación
asistida con más frecuencia. Se registra una mortalidad del 19 % asociada a la
EPOC grave, 4 % para la moderada a ligera y 2 % para los pacientes sin EPOC22.
El proceso de envejecimiento se acompaña de
una reducción sustancial de la función renal; y la CEC puede comprometer aun
más al sistema renal en estos pacientes, en relación con los más jóvenes. Durante la cirugía, la CEC lesiona los elementos
formes de la sangre por lo que se produce hemoglobina libre y micropartículas
que afectan negativamente la función renal, conjuntamente con otros factores
como: la hipotermia, el recalentamiento, la vasodilatación y la hiperemia, con acumulación
en el tercer espacio; la hemodilución, los daños de isquemia/reperfusión, la
liberación de catecolaminas, hormonas –como la renina, la angiotensina,
aldosterona, la vasopresina, el péptido natriurético atrial– y las citoquinas
inflamatorias. De tal forma se produce un aumento de la resistencia vascular
renal, una diminución de su perfusión y una caída del filtrado glomerular. La
hipotensión y el uso de vasopresores en el postoperatorio acentúan la
afectación renal, unido a la carencia de bombas centrífugas. Los
pacientes añosos son bastantes sensibles a desarrollar insuficiencia renal
aguda durante episodios de hipotensión arterial, insuficiencia cardíaca,
hipovolemia, deshidratación, sepsis y agentes neurotóxicos23-24-25.
La
prevalencia de cirugías cardíacas en los pacientes adultos mayores se
incrementa continuamente en la medida que lo hace su expectativa de vida. Los
resultados quirúrgicos han mejorado progresivamente a pesar del incremento de
la edad de los pacientes atendidos a nivel global. No obstante, la morbilidad y
la mortalidad perioperatorias, así como las complicaciones neurológicas y
renales, de estos pacientes son superiores a la de los grupos etarios más
jóvenes. De igual manera son más propensos a requerir ventilación prolongada y
reintervenciones, producidas por sangramiento postoperatorio, sobre todo después
de CEC4-15.
Conclusiones
De los pacientes
añosos con cirugía cardíaca, predominaron los hombres con edades comprendidas
entre 65 a 70 años, y antecedentes patológicos personales de hipertensión
arterial y cardiopatía isquémica. El tipo de cirugía cardíaca predominante fue
la revascularización miocárdica, seguida de la sustitución valvular aórtica,
con tiempos de CEC prolongados en su mayoría. La complicación postoperatoria más
frecuente en estos pacientes fue la disfunción renal, seguida del bajo gasto
postoperatorio.
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Recibido: 17 de diciembre de
2014
Modificado: 03 de febrero de
2015
Aceptado: 03 de marzo de 2015
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